Los bebés amamantados
ganan menos peso en su primer año de vida que aquellos que reciben leche
materna o fórmula a través del biberón, según revela un estudio realizado en
Estados Unidos.
El informe, publicado en
Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, es parte de la creciente
evidencia de que amamantar parecer ser la mejor opción para un recién nacido,
además de proteger contra la obesidad en la vida futura.
La autora Ruowei Li, de
los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos
(CDC por su sigla en inglés), dijo que la diferencia se debería al rol que
juegan los bebés en la decisión de dejar de alimentarse, en lugar de que las
madres o padres los obliguen a terminar el biberón.
Si los bebés son
alimentados a través del pecho, el niño juega un rol muy activo, dado que son
los que deciden cuándo succionar y cuando dejar de hacerlo", explicó.
Mediante una serie de
sondeos enviados a sus madres, los investigadores consultaron, entre otras
cosas, el peso de los bebés a diferentes edades y con cuánta frecuencia eran
amamantados, tomaban leche materna en biberón o recibían fórmula.
Los bebés alimentados
mediante biberón -ya sea sólo con leche materna o sólo con fórmula- subían
alrededor de 85 gramos más por mes comparado con aquellos que solamente eran
amamantados.
Luego de eso, los
resultados se volvieron un poco más complicados.
Cuando las madres
combinaban la lactancia y el biberón sólo relleno con leche materna, los niños
no aumentaban más de peso. Pero si los bebés recibían tanto leche materna como
fórmula, crecían de manera similar a los que sólo eran amamantados.
No está claro por qué esos
bebés alimentados con una combinación de leche materna en biberón y fórmula no
ganaron peso adicional, indicaron los investigadores.
La Academia Estadounidense
de Pediatría recomienda que las madres amamanten exclusivamente a sus hijos
durante seis meses y continúen la lactancia a medida que introducen la
alimentación sólida al menos hasta el año de vida.
Pero los expertos
reconocen que debe considerarse no colocar a las madres bajo la presión de
amamantar, ya que muchas veces eso no puede ser posible por muchas razones.
Hubo millones de bebés
alimentados con fórmula mucho antes de que comenzara la epidemia de
obesidad", dijo Jeffrey Wright, pediatra de la Escuela de Medicina de la
University of Washington, quien escribió un editorial sobre el estudio.
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